El pasado martes fue el cumpleaños de mi hijo mayor, cuya celebración pospusimos al fin de semana, para poder estar con la familia.
Hicimos una fiestecilla en casa, el sábado por la tarde, adornada con globos y una guirnalda, y para picar, bocadillos, patatas fritas, aceitunas, langostinos, tortillas de patatas y tarta de galletas.
Vinieron los primos, las titas, los abuelos y algunos amigos, y todos lo pasamos muy bien, especialmente los niños.
Los primos y los padres, se quedaron a dormir, y eso es también es una fiesta, ¡Cuánto jaleo pueden armar cuatro pequeños niños eufóricos!
Al día siguiente, decidido sobre la marcha, cogimos las sobras del cumpleaños y nos fuimos al campo, en pleno Parque Natural de Sierra Nevada, a una zona con merenderos llamada Cumbres Verdes, muy cercana, accesible e ideal para estar con niños pequeños.
Pasamos un día estupendo, los niños disfrutaron lo más grande, como anécdota contar que vieron un perro (no se decir de que raza) de color marrón claro, no muy grande, con el pelo largo de concurso... y no se que niño, dijo que era un erizo..que gracia!! Todos tan conformes y felices por haber encontrado un erizo (no se si a los dueños del perro les haría gracia la confusión, jeje)
La despedida no fue nada triste, porque los cuatro se durmieron antes de que arrancáramos los coches para volver.
Ha sido un buen fin de semana.
Una foto del sitio donde estuvimos ayer
Mi hijo mayor jugando hoy con el regalo de cumpleaños de su tita, es un juego para hacer mosaicos, le ha gustado mucho, y al hermano pequeño, para lanzar las piezas, también. En la caja pone: Contiene 490 piezas. Uf!
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