Las formas

Mi hijo de casi tres años, en la guardería, ha aprendido últimamente las formas: triángulo, cuadrado y circulo, y ya conocía desde hace tiempo otras formas básicas, como por ejemplo, estrella o corazón.

El caso es que los triángulos, cuadrados y círculos… ¡le encantan! Los va identificando por todas partes: si ve una baldosa de una acera cuadrada, le entusiasma; un ceda el paso, triangular, dice: ¡mira mamá! ¡Un triángulo!; una alcantarilla redonda… ¡es todo un descubrimiento! Me pregunta: ¿es un círculo?

A todo esto, ni siquiera pronuncia bien las palabras, las dice de una forma muy graciosa que no sé escribir…

A mí me resulta fascinante ver como le gusta aprender, como, lo que aprende (que podríamos equiparar a “lo que estudia”) lo relaciona con la vida cotidiana, lo descubre en todo lo que le rodea, como disfruta con esto. Me parece que un ejemplo contundente de lo que es el aprendizaje significativo, el aprendizaje con sentido que significa algo para cada persona, y que no se olvida.

Pienso que si todos en la vida aprendiéramos las cosas de esa forma, o los niños en las escuelas continuaran siempre aprendiendo así…sería otra la sociedad en la que viviríamos, o al menos, el fracaso escolar, no tendría la magnitud que tiene actualmente.